Desarrollan nuevo método ultraeficiente para convertir aceite de cocina usado en biodiésel

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Esponja cerámica porosa fabricada por el equipo de investigación de la Universidad RMIT de Australia. Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología

El aceite de cocina usado es un desecho que actualmente se reutiliza para fabricar biodiésel, los denominados biocombustibles de segunda generación. Sin embargo, para su elaboración mediante las técnicas convencionales se debe limpiar el aceite hasta eliminar entre el 98 y el 99% de impurezas, un proceso que consume mucha energía. Científicos de la Universidad RMIT de Australia han desarrollado un eficiente método de bajo coste para convertir el aceite de cocina usado en biodiésel.

A diferencia de los mal denominados biocombustibles de primera generación -combustibles generados a partir de agricultura especialmente cultivada para la generación de estos combustibles y que suponen un grave problema para el medioambiente por la deforestación y usos de suelo entre otros- los biocombustibles de segunda generación no contaminan como los primeros al tratarse de combustibles neutros en carbono. Un combustible neutro en carbono es aquel cuyo uso libera la misma cantidad de carbono que fue absorbida en su proceso de elaboración.

La elaboración mediante técnicas convencionales de biocombustibles derivados del aceite de cocina usado dependen de un catalizador poco eficiente que requiere niveles de impureza muy bajos. El equipo de científicos de la Universidad RMIT de Australia ha desarrollado un nuevo método que aprovecha un nuevo tipo de catalizador ultraeficiente que permite elaborar biodiésel a partir de ingredientes de muy baja calidad con hasta un 50% de impurezas.

El equipo ha fabricado una esponja cerámica porosa que contiene varios componentes activos especializados. Las moléculas entrarían inicialmente en la esponja a través de los poros más grandes, donde experimentarían una primera reacción química. Después pasarían a los poros más pequeños donde experimentarían una segunda reacción química. La capacidad de realizar transformaciones múltiples y distintas en un solo reactor (la esponja con distintos tamaños de poro) reduciría en gran medida el número de manipulaciones necesarias para la fabricación química, resultando un proceso que podría duplicar la productividad de los procesos de fabricación para transformar basura como restos de comida, microplásticos y neumáticos viejos en precursores químicos de alto valor utilizados para elaborar productos muy diversos, desde medicinas y fertilizantes hasta envases biodegradables.

¿Quieres empezar a reciclar tu aceite de cocina usado para que lo transformemos en biocombustible? Aquí te contamos qué puedes hacer.