
El uso de biodiésel obtenido a partir de aceite vegetal usado (AVU) no solo permite dar una segunda vida a un residuo común, sino que también tiene un fuerte impacto positivo sobre el medio ambiente, especialmente en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Cuánto CO₂ se puede ahorrar realmente?
Según el Joint Research Centre de la Comisión Europea, el biodiésel procedente de AVU puede reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 88%-90% respecto al gasóleo fósil tradicional, dependiendo del tipo de proceso y transporte implicado en la cadena.
Fuente: JRC – Biofuels GHG savings
Impacto en cifras reales
Una tonelada de aceite usado puede transformarse aproximadamente en 1.000 litros de biodiésel. Si se utiliza en lugar de gasóleo, se evitaría la emisión de entre 2,5 y 3 toneladas de CO₂.
Fuente: IDAE – Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía
Comparativa rápida:
- Diésel convencional: ~2,6 kg de CO₂ por litro consumido
- Biodiésel de AVU: ~0,3 kg de CO₂ por litro (incluyendo toda la cadena de valor)
Ventajas adicionales del biodiésel de AVU:
- Evita la importación de materias primas como soja o palma.
- Revaloriza un residuo local.
- No compite con alimentos ni con cultivos para la alimentación.
¿Y en la hostelería?
Muchos negocios no son conscientes de que al entregar su aceite usado a un gestor autorizado no solo cumplen la ley, sino que contribuyen a un ciclo virtuoso de economía circular. Gave, por ejemplo, garantiza que el aceite recogido se transforma en biocombustible de segunda generación, promoviendo un modelo energético más limpio y sostenible.