En línea con la Estrategia Española de Economía Circular (España Circular 2030), la futura Ley de Residuos y Suelos Contaminados persigue establecer medidas que protejan el medio ambiente y la salud humana, permitan reducir el impacto global del uso de los recursos e impulsen una economía baja en carbono en España, que aspira a ser un país neutro en emisiones en 2050.
El texto incide en la necesidad de fomentar la recogida separada de residuos. En concreto, la propuesta requiere que los entes locales implanten para antes del 31 de diciembre de 2024 la recogida separada de los aceites de cocina usados, de los residuos textiles, residuos domésticos peligrosos y de los residuos con mucho volumen. La misma fecha tope se le aplica a la recogida recogida de los residuos industriales y comerciales de las mismas fracciones, a excepción del aceite usado de cocina y los biorresiduos, que deberá hacerse efectivo antes del 31 de diciembre de este año.
Del mismo modo, la recolección de biorresiduos de origen doméstico será obligatoria para antes del 31 de diciembre de este mismo año en localidades de más de 5000 habitantes y antes del 31 de diciembre de 2023 para todas las demás.
¿Qué son los biorresiduos?
El Ministerio para la Transición Ecológica define los biorresiduos domésticos como los residuos orgánicos biodegradables de origen vegetal y/o animal, susceptibles de degradarse biológicamente generados en el ámbito domiciliario y comercial (siempre que estos últimos sean similares a los primeros).
Pueden categorizarse en dos tipos: los procedentes de alimentos y cocina de hogares y comercios, denominados FORM (Fracción Orgánica de los Residuos Municipales); y los originados en zonas verdes tantos privados como públicos (Fracción Verde, FV). Los primeros son los que meteríamos en el contenedor marrón.
¿El aceite de cocina usado es un biorresiduo?
Aunque el aceite y las grasas animales sean parte de nuestra alimentación y lo desechemos en la cocina, el aceite usado no se considera un biorresiduo. Al menos, no se recicla del mismo modo. Para ello, debemos acercarnos al contenedor naranja (no confundir con el de tapa naranja donde tiraremos todo lo que no podamos reciclar) con nuestro aceite usado metido en una botella de plástico cerrada.
Recuerda que un litro de aceite puede contaminar hasta 1000 litros de agua si lo tiramos por el desagüe y puede dañar los acuíferos si lo tiramos a la basura, pues estos residuos acaban en los vertederos donde termina por filtrarse hasta llegar al suelo.