Aprende a freír de manera más saludable

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Los alimentos fritos no son, desde luego, los más recomendados si quieres seguir una dieta saludable. Pero ¿a quién no le apetecen unas patatas fritas de vez en cuando?

Te resolvemos algunas dudas para que la próxima vez que tengas un antojo frito, te puedas dar el homenaje sin descuidar tu salud.

¿Qué aceite utilizar para freír?

Los ácidos grasos de los aceites pueden clasificarse en insaturados (monoinsaturados o poliinsaturados) o saturados, y cuanto más insaturado es un ácido graso, más se verá alterado con el aumento de la temperatura y, por lo tanto, menos recomendado es su uso para freír. Entonces, lo que debemos preguntarnos es qué aceites son los menos insaturados, y la respuesta es el aceite de oliva.

El ácido oleico, mayoritario en el aceite de oliva, es un ácido graso monoinsaturado que, además, es rico en antioxidantes naturales como los tocoferoles. Por estas razones, el aceite de oliva es el más recomendado para freír. Los menos recomendados serían los poliinsaturados, como el de pescado o los de semillas de lino, calabaza o girasol.

¿Cuántas veces reutilizar el aceite de freír?

En realidad no es muy recomendable utilizar el mismo aceite más de dos veces, ya que sus propiedades se habrán visto disminuidas y seguramente habrá cogido olores y sabores no deseados que acabaría por estropear un buen plato. Dicho esto, debemos saber que el aceite de oliva, en concreto su variedad Picual, es el más recomendado para freír más de una vez. Se desaconseja así utilizar aceite de girasol para rellenar una freidora, por ejemplo.

¿A qué temperatura debe estar el aceite para freír?

Aunque pueda parecer que al aumentar la temperatura del aceite la calidad del alimento frito aumenta, no debemos superar de los 160-180ºC. A más temperatura, el alimento se fríe antes y puede quedar más crujiente, pero el aceite se estropea con más rapidez y pueden llegar a aparecer sustancias tóxicas.

¿Puedo freír muchos alimentos a la vez?

Es posible que las ganas de acabar de cocinar nos empujen a querer freír más cantidad de la recomendada al mismo tiempo. Pero, ¿por qué es importante no freír mucha cantidad a la vez?

De igual manera que la temperatura del aceite no debe sobrepasar los 180 grados, tampoco debe bajar demasiado. La temperatura debe mantenerse lo más constante que podamos durante todo el tiempo. Por eso, debemos tener cuidado al introducir en el aceite caliente mucha cantidad de comida, porque la temperatura del aceite descenderá. Especial atención debemos tener al freír alimentos congelados. Cuanto más baja sea la temperatura, más aceite absorberá el alimento.

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¿Cómo preparar el alimento antes de freír?

Un aspecto a tener en cuenta antes de freír un alimento es eliminar todo el agua que podamos. El agua oxida el aceite degradándolo, por lo que recomendamos escurrir y secar los alimentos antes de introducirlos en el aceite.

Si hablamos de alimentos rebozados o empanados, debemos intentar eliminar el sobrante para que no se desprenda una vez sumergido en el aceite y, de este modo, evitar que queden partículas susceptibles de quemarse para su reutilización.

¿Qué hacer después de freír?

Para que los alimentos no queden demasiado grasos, lo mejor es eliminar el exceso de aceite mediante papel absorbente. Podemos aplastar ligeramente el alimento con el fin de que el papel absorba todo lo posible. El alimento quedará igual o más rico pero, sin lugar a dudas, será más saludable.

Por último, no olvides reciclar el aceite sobrante. Tirarlo por el desagüe no es saludable para el planeta.