¿Cómo reducir mi huella de carbono en la cocina?

El planeta sufre cada día con acciones cotidianas que podríamos evitar fácilmente. Reducir la huella de carbono está al alcance de nuestras manos, pero en ocasiones no somos conscientes de las medidas que podemos tomar en nuestro día a día para aportar nuestro granito de arena a la conservación del medio ambiente. Por eso queremos proponerte una serie de acciones que puedes realizar en tu cocina para reducir tu huella ambiental.

Mantener la nevera y el congelador limpios

Los bloques de hielo en las paredes impiden que tu refrigerador funcione correctamente. Un refrigerador con hielo necesita más potencia para enfriar que uno limpio, aunque parezca contradictorio. Asimismo, las bolsas en las que empaquetamos los alimentos también dificultan el correcto refrigerado de los mismos. Una nevera limpia de bloques de hielo y de alimentos empaquetados es más eficiente y necesita menos potencia para enfriar tanto como una nevera descuidada.

Reciclar más allá de los plásticos

El cubo amarillo ya nos lo conocemos (aunque no siempre lo utilizamos del todo bien). Pero existen más colores en el mundo del reciclaje: el marrón para los restos orgánicos, el azul para el papel y cartón, el verde para los vidrios y el naranja para el aceite usado. Sí, el aceite también se recicla, y te contamos dónde y cómo.

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Reducir el consumo de carne y derivados

Las dietas pobres en productos cárnicos, en especial los procedentes de la ternera y el cordero, pueden reducir la huella de carbono. Según la Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO por sus siglas en inglés) un 14’5% del total de las emisiones de efecto invernadero antropogénicas se producen por la cría de ganado. Llevar una dieta vegana o vegetariana puede reducir hasta la mitad la huella de carbono que producimos por alimentarnos.

Consumir alimentos locales

El transporte de alimentos desde otras partes del planeta también deja huella. El combustible utilizado para transportar nuestra comida podría reducirse considerablemente si consumimos productos de proximidad. Solo tienes que fijarte en la etiqueta de los alimentos para saber su procedencia.

Hacer la compra sin bolsas de plástico

Algunas cadenas de distribución de alimentos obligan a los consumidores a meter las verduras en una bolsa de plástico. Pero ¿por qué malgastar una bolsa de plástico para una naranja? Reducir el consumo de plásticos en la compra no se reduce al uso de bolsas reutilizables. También pasa por decir no a los alimentos envueltos en plástico sin razón aparente. ¿Una cebolla envuelta en plástico? No, gracias.

Reutilizar los alimentos

Hacer unas croquetas con los restos de la carne del cocido es lo más normal, pero ¿qué hacer cuando se nos quedan unos espaguetis resecos en el escurridor? Tirarlos a la basura no es una opción, reutilizarlos para hacer una riquísima tortilla sí lo es.